Con el paso de los años, la piel tiende a perder su elasticidad natural y a disminuir la producción de ciertos nutrientes que la mantienen saludable.
No sólo los factores naturales y genéticos intervienen en este proceso, sino también, agentes externos como: contaminación, sol, tabaco…, afectando considerablemente el aspecto de la piel.
La primera recomendación para una piel con apariencia más joven es la prevención. Para esto, es indispensable el uso de fotoprotector, ya que una piel dañada por el sol dará un aspecto de vejez prematura.
Algunos de los signos de envejecimiento que se manifiestan en la piel son: líneas finas o bien arrugas profundas, manchas, pérdida de elasticidad y firmeza, piel áspera y opaca.
Una de las ventajas de las fórmulas personalizadas es que se pueden seleccionar los activos que desee emplear según las necesidades del tipo de piel a tratar y los objetivos terapéuticos para su paciente.
Algunos de los activos con propiedades antienvejecimiento son:
✔️ Ácido Ferúlico
✔️ Ácido Glicólico
✔️ Ácido Hialurónico
✔️ Ácido Retinoico
✔️ Acido Alfalipóico – CoQ10
✔️ Ácido Mandélico
✔️ Colágeno – Elastina
✔️ Retinol
✔️ Oligopéptidos
✔️ Nano Vitamina C
✔️ Vitamina E
✔️ Niacinamida
Estos activos forman parte de los más de 300 que se encuentran presentes en el banco de activos dermatológicos. La combinación de estos, pueden resultar en una sinergia para lograr mejores resultados.
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